VIDA Y ENSEÑANZAS DE BUDA El viaje de Siddhartha
18. Los cuatro mensajeros Después del nacimiento de su hijo, Siddhartha estuvo trece años a disposición de su padre, pero por su carácter serio e inquisitivo se cansó de los placeres fugaces de la vida principesca, provocando el anhelo de algo más. Aunque su padre le hubiera protegido de las realidades de la vida, los viajes del príncipe fuera del recinto palaciego le permitieron ver a un viejo, un enfermo, un cadáver y un hombre santo. Profundamente conmovido por estas experiencias, Siddhartha decidió seguir el camino del hombre santo y hallar una solución al sufrimiento de la vida.
19. La gran renuncia El día en que cumplía 29 años, Siddhartha emprendió una vida de asceta errante. Para no poner sobre aviso a su padre, ni alborotar a la corte, envolvió con tela las patas de su caballo y se marchó con su fiel criado Channa, abandonando a su mujer e hijo y su antigua vida de lujos. Siddhartha y Channa cruzaron el gran río Anoma. En la otra orilla, Siddhartha se cortó el pelo y la barba y se despidió de Channa, dándole su ropa de príncipe y su amado caballo.
20. Vagabundeo Siddhartha había adoptado una vida de pordiosero, sin lugar fijo donde resguardarse. Dormía al aire libre, o a la sombra de un árbol. Vestido únicamente con harapos, descalzo y con la cabeza rapada, viajaba a pie con cualquier clima. Había renunciado a todas sus posesiones. Sólo tenía un cuenco para pedir limosna.
21. Dos maestros Siddhartha se sometió sucesivamente a las enseñanzas de dos maestros de meditación. Progresaba tan deprisa, y se entregaba tanto, que ambos le designaron como su sucesor. Pese a haber aprendido todo lo que podían enseñarle, incluida mucha disciplina y las bases de la práctica, Siddhartha, insatisfecho, se lanzó a buscar la liberación por sus propios medios.
22. Tenacidad irreductible «Sigue adelante, controlando el pensamiento, sin volver ni una vez la vista hacia su casa, como el cisne que ha salido de su estanque». DHAMMAPADA
23. Autenticidad Tras separarse de sus maestros, Siddhartha buscó la liberación del dolor durante seis años de rigurosa austeridad en compañía de cinco discípulos. Meditar hasta altas horas de la noche casi no le dejaba tiempo para comer, lavarse o dormir. Hubo veces en que Siddhartha sólo comió un grano de arroz al día. A la larga, su cuerpo se demacró y se puso negro.
24. No es el camino Físicamente deteriorado, y casi muerto de hambre, Siddhartha comprendió que sin comida no tendría fuerzas para alcanzar la iluminación, así que aceptó el cuenco de gachas de arroz que le ofrecía la hija de un pastor, Sujata, y se lavó el cuerpo, el pelo y la ropa.
25. Un hombre solo Siddhartha fue abandonado por sus discípulos, que le acusaban de haber adoptado una vida de comodidad y lujo. Sin amigos, maestros ni discípulos, Siddhartha estaba totalmente solo, sin status social. Decidido a resolver de una vez por todas sus problemas, se puso a meditar debajo de un árbol bodhi.
26. Silenciosa espera «Así debería sentarse, en meditación tenaz y solitaria, controlando sus pensamientos, apartando sus pasiones y prescindiendo de sus pertenencias, teniendo por morada permanente un lugar bello y tranquilo». BHAGAVAD GITA
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