martes, 25 de diciembre de 2007

Escuelas y maestros

VIDA Y ENSEÑANZAS DE BUDA Escuelas y maestros

118. Difusión del budismo El budismo se extendió por la Ruta de la Seda, que cruzaba China y Rusia y conectaba grandes imperios como Persia y Roma (también Egipto y el Mediterráneo) con Oriente, al mismo tiempo que las piedras y metales preciosos, el marfil, la seda y otros lujos. La fe arraigó en el centro y sudeste de Asia, Nepal, Mongolia, China, Japón, Tailandia y Sri Lanka. Tradicionalmente, se compara la vasta expansión del budismo con el poderoso rugido de un león.

119. Retos superados Tras la destrucción de la universidad de Nalanda, el gran centro hindú de los estudios budistas, y la erradicación generalizada del budismo por la expasión musulmana del siglo XI, el budismo desapareció de India. En tiempos más recientes, el comunismo prácticamente borró el budismo de China, pero sigue muy vivo y presente en Sri Lanka, Tailandia, Corea del Sur, Japón y algunos países occidentales, además de empezar a resurgir en China y Mongolia. El atractivo del budismo es universal. Como dijo Albert Einstein, «si hay alguna religión capaz de satisfacer las necesidades de la ciencia moderna es el budismo».

120. Tres escuelas Después de la muerte de Buda surgieron muchas escuelas y tradiciones, pero el paso de los siglos hizo que la mayoría desapareciese o fuera absorbida por otras. Durante el siglo I a. C. las escuelas ya afianzadas en India vieron aparecer nuevas ideas que acabaron formando las enseñanzas del Mahayana o "Gran Vehículo", convertidas a la larga en la tradición budista del norte, que se extendió por Tíbet, China y Japón. Actualmente, las principales tradiciones del budismo son tres: la theravada (o tradición del sur), cuyos textos se basan en los nikayas de lengua pali; la mahayana (o tradición del norte), que usa sobre todo textos escritos originalmente en sánscrito, y la vajrayana, o tradición tibetana. Cada tradición tiene su historia, y engloba a su vez diversas escuelas.

121. Características comunes Los principios fundamentales del Dharma y del vinaya (las reglas disciplinarias de la vida monástica) se remontan al Segundo Concilio, que se celebró a los cien años de la muerte de Buda, antes de cualquier división. Por eso el Dharma y el vinaya son comunes a todas las tradiciones budistas.

122. Mahayana La tradición del norte se llama así porque donde tuvo más éxito fue en el norte de India y en China, Corea y Japón. El Mahayana pone énfasis en el ideal del bodhisattva, es decir, que todas las personas deberían trabajar por la felicidad y el bienestar de todos los seres cultivando la aspiración a la iluminación (bodhicitta) y la práctica de las paramitas (virtudes). Esta línea se diversificó en varias escuelas (como el zen), con sus monasterios y sus tradiciones de enseñanza. Cada escuela se basaba en uno o varios sutras del Mahayana que hacían hincapié en diversas enseñanzas, temas o formas de práctica.

123. Theravada Esta escuela budista (que se pronuncia "terra-váh-dah") recibe el nombre de tradición del sur porque donde más arraigó fue en los países del sur y el sudeste de Asia, como Birmania, Camboya, Sri Lanka y Tailandia. Acutalmente hay más de cien millones de budistas theravada en el mundo. Los monjes theravada llevan túnicas naranjas, tal vez el símbolo budista más familiar a la mirada occidental.

124. Tantra y Vajrayana El Tantra ("principio" o "urdimbre") se desarrolló en el siglo VII, con influencias tanto del hinduismo como del Mahayana, y desembocó en la fundación de la escuela Vajrayana (tibetana). Mahayana y Vajrayana pretenden alcanzar la condición de Buda, pero las prácticas tántricas, más esotéricas, se presentan como un atajo.

125. El Canon Pali Después del Tercer Concilio, organizado por el emperador hindú Asoka en el siglo III a. C., se enviaron misiones para difundir las enseñanzas de Buda en una forma estándar. Esta doctrina, llevada a Sri Lanka por Mahinda y Sanghamitta, fue puesta por escrito en pali hacia 25 a. C. Es el Canon Pali, también llamado Tipitaka (Tres Cestas).

126. Los sutras La segunda parte del Canon Pali contiene los sutras (en pali suttas), cuyo nombre, fuera de la escuela theravada, es agamas o nikayas. La formación de nuevas escuelas comportó la escritura de nuevos sutras o textos, formalmente parecidos a los anteriores, pero que exponían nuevas ideas. La palabra sutra, que significa "hilo", procede de la palabra védica siv, "coser".

127. El Bon Principal religión y cultura tibetana hasta la llegada del budismo, el Bon estaba marcado por las prácticas chamánicas y el culto a los muertos. El Bon fue sustituido por el budismo a partir de la segunda mitad del siglo VIII.

128. Escuelas tibetanas La escuela nyingma, la más antigua del budismo tibetano, fue fundada en la segunda mitad del siglo VIII, durante la primera difusión del Dharma, por el gran maestro Padmasambhava. Rica en tradiciones esotéricas por su marcado componente tántrico, esta escuela no exige que todos sus lamas (maestros) sean monjes. Las escuelas tibetanas posteriores, sakya, kagyu y gelug, reciben el nombre colectivo de sarma o "nuevas escuelas". Fueron las que asumieron el control político del Tíbet.

129. La naturaleza de la mente «La naturaleza de tu mente, que no se deja aprehender con exactitud, es un estado innato, original, de despertar. Es importante que te mires por dentro y reconozcas tu naturaleza». PADMASAMBHAVA. TÍBET

130. El zen Esta escuela de meditación del budismo japonés toma su nombre de una transliteración del chino chan, abreviación a su vez de chan-na, del sánscrito dhyana, cuyo sentido es meditación o silencio absoluto de la mente.

131. La esencia del zen «Una transmisión fuera de las enseñanzas, un no fiarse de las palabras ni de las letras, un señalar directamente al corazón del hombre y a convertirse en buda». ATRIBUIDO A BODHIDHARMA. INDIA/CHINA

132. El bárbaro de ojos azules Se cree que el responsable de la transmisión del chan desde India a China fue el legendario monje Bodhidharma. Sus orígenes no están muy claros, pudo ser un brahmán o un guerrero hindú, o incluso proceder de Persia. Siempre es representado con barba, y a veces se le designa como "el bárbaro de los ojos azules".

133. Todo es mental Se dice que Bodhidharma llevó a China el sutra Lankavatara. Este sutra es la exposición de la escuela "sólo mente", la cual sostiene que la única realidad es la conciencia, y que todos los objetos externos son simples manifestaciones mentales. Esta creencia también recibe el nombre de no dualidad.

134. Los muñecos Daruma Cuenta la leyenda que Bodhidharma pasó nueve años meditando en una cueva hasta ser completamente imperturbable. Podría ser el origen de los muñecos Daruma, redondos y con barba, que se usan para expresar deseos en los templos budistas japoneses. Por mucho que se los empuje siempre quedan de pie.

135. Las semillas del té Una leyenda muy extendida atribuye la creación del té a Bodhidharma, tan empecinado en no dormirse durante la meditación que se cortó las pestañas y los párpados. De las pestañas brotaron los primeros arbustos de té.

136. Desconocido El emperador Liang (o Wu Ti), budista devoto, preguntó a Bodhidharma:
-¿Qué mérito he alcanzado con mis buenas obras?
-Ninguno en absoluto -fue la respuesta.
-Entonces, ¿cuál es la esencia del budismo?
-Un gran vació, y nada sagrado.
-¿Quién me habla de este modo? -Preguntó el emperador, furioso.
-Desconocido -fue la respuesta.

137. El sexto patriarca Hui-neng (638-713) fue el sexto patriarca del budismo zen y el fundador de la escuela chan del sur, que acabaría siendo la escuela dominante del zen. Hui-neng era un campesino pobre y analfabeto de la provincia china de Guangdong que un día, después de llevar leña a un taller, oyó recitar un versículo del sutra del Diamante: «Debes encontrar tu propia mente sin depender de nada». Fue una iluminación instantánea. El resto del versículo rezaba así: «Todos los bodhisattvas deberían formarse una mente y un corazón puros, que no se aferren a nada».

138. Sin florituras Lin-Chi (muerto en 866) fue un maestro chino que impartía unas enseñanzas sencillas: «Cuando camines, limítate a caminar. Cuando te sientes, limítate a estar sentado. Sé tú mismo en la vida cotidiana, con naturalidad, sin preocuparte por buscar la budeidad. Cuando estés cansado, acuéstate. El tonto se reirá de ti, pero el sabio entenderá».

139. Un gran reformador Hakuin (1685-1768), que viviá retirado en un lejano templo, se hizo famoso por el aspecto provocador de sus enseñanzas, que sacaron de la complacencia a la escuela Rinzai. Según Hakuin, «cuestionarse en profundidad siempre lleva a una experiencia completa de despertar».

140. El amor a la Gran Naturaleza «El zen convierte la tranquilidad en una religión. [...] Hoy en día los seres humanos se han olvidado de lo que es la religión. Se han olvidado de ese amor tan especial que une su naturaleza humana con la Gran Naturaleza. Es un amor sin nada que ver con el amor humano. Cuando estás en plena naturaleza sientes este amor a la Gran Naturaleza». MAESTRO SOKEI-AN. JAPÓN/ESTADOS UNIDOS

domingo, 23 de diciembre de 2007

El Dharma

VIDA Y ENSEÑANZAS DE BUDA El dharma

99. La gran ley Buda no enseñó que el universo lo hubiera creado un dios, sino que habló de una gran ley (el Dharma) que impregna todo lo existente. Viviendo de acuerdo con esta ley, y soportando el sufrimiento sin huir de él, podemos conquistar la auténtica sabiduría y la auténtica compasión, es decir, la liberación definitiva del sufrimiento.

100. Dos palabras, dos sentidos La palabra que designa las enseñanzas budistas es Dharma en sánscrito y Dhamma en pali. El Dharma o Dhamma no abarca sólo las enseñanzas, sino la ley universal inherente a todas las cosas, y que les da su forma. En minúscula, dharma y dhamma indican los elementos mínimos de la existencia que componen un momento de conciencia, como el calor de una habitación, los ruidos de fondo, el regusto de la naranja que se acaba de comer, el olor del incienso y lo que se piensa. Todos estos datos son dharmas o dhammas. Están sometidos a un movimiento continuo y palpitante, en el que unos empiezan a ser y otros dejan de ser, aunque nosotros los experimentemos como una realidad continua.

101. El «Dhammapada» Traducido como «Camino del Dharma», el Dhammapada, que contiene respuestas a preguntas hechas a Buda en forma de 423 versículos divididos en 23 categorías, ha sido descrito muchas veces como la Biblia budista. Se trata de una parte muy popular del Tripitaka, el canon budista de escrituras, y está considerado como uno de los textos más importantes de la literatura theravada. La versión más conocida es la pali.

102. Cómo estudiar «Es importante adoptar una actitud correcta ante las enseñanzas que se nos imparten. Si el objetivo con el que se escucha es obtener ventajas materiales, o reputación, no se está estudiando el Dharma como es debido. Nuestro objetivo tampoco debería ser mejorar nuestro próximo renacimiento o una liberación exclusivamente personal del samsara. Escuchemos lo que se nos enseña con el firme empeño de llegar al estado de la omnisciencia por el bien de todos los seres». SU SANTIDAD EL 14º DALAI LAMA. TÍBET

103. La rueda del Dharma La Rueda de Ocho Radios simboliza las enseñanzas de Buda. Los ocho radios simbolizan los elementos del Noble Sendero Óctuple. El remolino del centro representa las tres joyas: Buda, el Dharma y la Sangha (la comunidad espiritual budista). La rueda también puede estar dividida en tres partes, en representación de sendos aspectos de la práctica. El centro simboliza la moralidad; los radios, la sabiduría, y el borde, la concentración.

104. El primer signo del ser El dukkha (sufrimiento) entraña apego a los seres queridos, a nuestro cuerpo y especialmente a nuestros ideales, así como la condición generalmente insatisfactoria y pasajera de la vida. Como es lógico, los budistas no creen que la vida sólo sea sufrimiento, pero sí que no puede ser únicamente gozo, porque todo es transitorio. Incluso en la vida más feliz hay sufrimiento, y el cambio es inevitable.

105. El segundo signo del ser Vivimos en un universo en estado constante de fluctuación. Es el annica. Nada dura siquiera un momento. Nada de lo que podamos coger o tocar es inmutable. Nosotros, sin embargo, tratamos de abstraernos de este movimiento continuo e implacable, y hasta de combatirlo, en vez de fluir suavemente con la naturaleza de las cosas.

106. El tercer signo del ser El "no yo" (anatta) hace referencia a nuestro apego a cualidades y características que concebimos como una unidad: "yo". Nos identificamos con nuestras opiniones sobre el mundo tal como es y tal como debería ser. En muchos casos, la infelicidad humana nace de que la gente defiende su sistema de creencias o ataca el de los demás, cuando lo cierto es que son simples ideas y pensamientos, y que formamos una sola familia, la humana. El miedo a lo desconocido y el "yo" son dos caras de la misma moneda.

107. Todo pasa «Así debes considerar este mundo pasajero: como una burbuja en un arroyo, un relámpago en una nube de verano, una lámpara que parpadea, un fantasma, un sueño». SUTRA DEL DIAMANTE

108. Unidad imaginaria Una carreta (o un coche) se pueden desmontar en varias piezas básicas: los ejes, las ruedas, el bastidor, las tablas, etc. Del mismo modo, la combinación de varios elementos (skandhas) (el cuerpo, las sensaciones, la percepción, la volición y la conciencia) es lo que da origen al falso sentido de un "yo" permanente.

109. Reconocer el "yo" «Cuando nos acaloramos por algo, cuando nos cohibimos, cuando nos tomamos demasiado en serio, o cuando nos ponemos de mal humor sin poderlo evitar, está presente el "yo". Cultivar la conciencia, decir sí a la vida y mantenerse "en forma" despejan la ilusión del "yo" y nos permiten prescindir de ella». THE MIDDLE WAY (REVISTA DE LA BUDDHIST SOCIETY)

110. El triratna Las Tres Joyas (triratna) son los principios nucleares de la vida budista: fe en Buda, en el Dharma y en la Sangha (la comunidad del budismo). En la tradición mahayana, la Sangha incluye a los budistas legos y a la gente normal, mientras que la tradición theravada la restringe a los monjes y las monjas.

111. Refugios «Me refugio en Buda; me refugio en el Dharma; me refugio en la Sangha. Me refugio en Buda, el más venerable; me refugio en el Dharma, venerable en su pureza; me refugio en la Sangha, venerable en su armonía. Me he refugiado en Buda; me he refugiado en el Dharma; me he refugiado en la Sangha. El verdadero Tathagata de iluminación perfecta y completa. Por eso tengo fe en él como mi gran Señor, y a él recurriré como maestro, sin seguir a demonios malignos ni otros caminos. Por compasión, por compasión, por gran compasión». "LOS TRES REFUGIOS", CANTO MATINAL COMÚN A TODAS LAS ESCUELAS

112. No son dos «Amigos, mi enseñanza del Dharma se basa en la meditación y la sabiduría. No digáis en ningún caso que la meditación se diferencia de la sabiduría. No son dos cosas, sino una unidad. La meditación es la esencia de la sabiduría, y la sabiduría es la función de la meditación». HUI-NENG. CHINA

113. Enseñanzas perennes «El mundo entero está lleno de peligros. El mundo entero tiembla, pero el Dharma que predican los budas para alcanzar el objetivo final... es inamovible e inquebrantable». MAHAVASTU

114. Un solo sabor «Como el inmenso mar, que sólo tiene un sabor (el de la sal), el Dhamma tiene un solo sabor, el de la libertad». PIYADASSI THERA. SRI LANKA

115. La tortuga ciega Hay una historia de un sutra budista que ilustra lo que tiene de afortunado un nacimiento humano. Una tortuga ciega vive en las profundidades de un gran mar, y sólo sube cada cien años a la superficie, donde hay un yugo de oro. Es más fácil que la tortuga meta la cabeza en el yugo que el que un ser prisionero del ciclo del renacimiento nazca como un ser humano que entra en contacto con las enseñanzas de Buda. El nacimiento humano es una gema rara, y de valor incalculable, porque la única forma de hallar el camino de la liberación es como ser humano.

116. Demasiado «A veces, si vemos reflejadas demasiadas verdades a la vez sobre nosotros mismos en el maestro o en las enseñanzas, nos cuesta demasiado aceptarlas, nos da demasiado miedo reconocerlas o nos duele demasiado aceptar que son la realidad; y cuando nos cuesta demasiado reconocer determinadas cosas de nosotros mismos, solemos proyectarlas en las personas que más nos ayudan y quieren; nuestro maestro, las enseñanzas, nuestro padre o madre o nuestro mejor amigo». SOGYAL RIMPOCHE. TÍBET

117. Dejando la balsa Buda comparó sus enseñanzas con una balsa que nos permite cruzar las aguas turbulentas del samsara y llegar a la otra orilla, donde podemos encontrar el nirvana. Al llegar al otro lado debejos dejar atrás la teoría del budismo (como la balsa de verdad, que sería tonto llevarnos) y confiar en nuestros propios recursos.

sábado, 22 de diciembre de 2007

El noble sendero óctuple

VIDA Y ENSEÑANZAS DE BUDA El noble sendero óctuple

76. El camino de la liberación Según Buda, el Noble Sendero Óctupe no es fácil de recorrer. Exige recta visión, recto pensamiento, rectas palabras, recta acción, rectos medios de vida, recto esfuerzo, recta atención y recta concentración.

77. La tela del Sendero El Noble Sendero Óctuple también puede representarse como una rueda, o como una tela, al igual que la vida: con pliegues, pero de una sola pieza. Atañe a todo lo que hacemos, todo lo que pensamos y todo lo que somos. Al dar forma a nuestras vidas con percepciones, pensamientos, palabras y actos, determinamos la naturaleza de cada vida nuestra, con consecuencias buenas o malas.

78. Distintos elementos La recta visión y el recto pensamiento están considerados como el elemento de «sabiduría» del Noble Sendero Óctuple. Los siguientes tres elementos -rectas palabras, rectas acciones y rectos medios de vida- guardan relación con la moralidad o el «comportamiento disciplinado». Los últimos tres elementos -recto esfuerzo, recta atención y recta concentración- pertenecen a la meditación. La auténtica expresión del Noble Sendero Óctuple es ver el mundo tal como es (sabiduría), actuar de acuerdo con la situación real en todo momento (moralidad) y estar centrado en lo que se hace en cada momento (meditación).

79. Recta visión Nuestra manera de percibir las cosas condiciona nuestros actos. El resultado de nuestras acciones puede ser neutro, feliz o doloroso. La recta visión es comprenderlo a fondo.

80. Recto pensamiento Si vemos el mundo tal como es, nuestros pensamientos lo reflejarán. Pero estamos llenos de ideas sobre el «debería», el «tiene que » y el «convendría», e intentamos que el mundo cuadre con nuestra visión individual de la realidad. También somos intransigentes, y sentimos rencor. La consecuencia son pensamientos airados o codiciosos.

81. Rectas palabras Si en nuestro modo de hablar los unos con los otros conseguimos ser a la vez sobrios y sinceros, nuestra propensión natural a coger lo que queremos de la vida no se apoderará de nosotros con consecuencias nefastas.

82. Recta acción Si vemos el mundo tal como es, y así se refleja en nuestros pensamientos y palabras, habrá armonía en nuestros actos. Pero al sentir nuestro vacío espiritual e intentar colmarlo con cosas externas, nuestras acciones, lejos de ser desapasionadas, se ven distorsionadas por emociones como la ira y el deseo.

83. Rectos medios de vida Si evitamos colmar el vacío espiritual con palabras, acciones y trabajo, podremos elegir un trabajo que satisfaga al corazón, lo cual potenciará la armonía social y dejaremos de tomarnos demasiado en serio.

84. Estar presente Los elementos meditativos del Noble Sendero Óctuple (esfuerzo, atención y concentración) apuntan a una práctica que con el tiempo elimina el sentido del «yo »y de lo «mío», fuente de todos nuestros sufrimientos. La práctica budista permite transformar las emociones negativas en calor, energía y la irradiación de la conciencia.

85. Recto esfuerzo Cultivar el recto esfuerzo nos ayuda a entregarnos enérgicamente a cada nuevo día, por difícil que sea, y a no arredrarnos ante los retos de la vida.

86. Recta atención Sin atención es imposible la práctica budista. ¿Cómo podríamos familiarizarnos con la vida interior y abrirnos a nuestro entorno?

87 Recta concentración La práctica de la meditación nos ayuda a alcanzar el silencio interior. De ese modo tomamos conciencia de nuestros cuerpos, sensaciones, percepciones y pensamientos. Con esta familiarización empieza la práctica.

88. Cómo hay que ser «El que es tolerante como la tierra, firme como una columna y claro como un lago de montaña nunca renacerá». DHAMMAPADA

89. La parábola de los peregrinos Al llegar a la orilla de un río, dos monjes peregrinos vieron a una joven muy bien vestida que no sabía qué hacer porque el río bajaba crecido y no quería mojarse la ropa. Uno de los monjes cargó sin más con ella y al llegar al otro lado la dejó en el suelo. Los dos monjes siguieron su camino. Después de un rato, el otro monje dijo bruscamente: «No puede estar bien tocar a una mujer. Tener contacto estrecho con mujeres va contra nuestros votos. ¿Cómo puedes infringir los preceptos monacales?». El monje que había transportado a la joven no decía nada, pero al final, en vista de que su compañero no se cansaba de perorar sobre lo mismo, comentó: «Yo la he dejado en el río, pero tú aún la llevas encima».

90. Claridad interna «La recta comprensión consiste en entender las cosas como son, no como parecen. Significa examinarse y observarse a sí mismo». PIYADASSI THERA. SRI LANKA

91. Apartar el pensamiento «Y yo os digo que este nacimiento (de dios realizado en el alma) no se puede experimentar sin un grandísimo esfuerzo. Este nacimiento no se puede alcanzar sin apartar completamente el pensamiento de las cosas». MAESTRO ECKHART

92. Una necesidad de nuestra época «La recta comprensión es más necesaria que en ningua otra época para guiar a la humanidad a través de la confusión de la vida». PIYADASSI THERA. SRI LANKA

93. Muchos vehículos Yana es una palabra sánscrita con un amplio abanico de significados, uno de los cuales es «vehículo». La palabra «Mahayana», nombre en sánscrito de la tradición budista del norte, se puede traducir como «Gran Vehículo», e «Hinayana» (la tradición Theravada, propia del sur) como «Pequeño Vehículo». El término yana recoge la metáfora de la práctica espiritual budista como un camino o un viaje: el «vehículo» lleva al iniciado por el «camino» elegido. En el Sutra del Loto, Buda dice: «Sólo hay un vehículo (Ekayana), el vehículo Buda (Buddhayana), el camino de Buda».

94. Hacia la seguridad «He aquí el refugio seguro, el refugio definitivo; acogiéndonos a este refugio en verdad que somos libres de cualquier sufrimiento». DHAMMAPADA

95. Aprehender «El hombre que ignora el principio de la agitación en todas las cosas, la naturaleza intrínseca del sufrimiento, se disgusta ante las vicisitudes de la vida, porque no ha enseñado a su mente a ver las cosas como son de verdad». PIYADASSI THERA. SRI LANKA

96. Responsabilizarse «Por nosotros se hace el mal, y por nosotros sufrimos. Por nosotros se deja sin hacer el mal, y por nosotros nos purificamos. La pureza y la impureza son de incumbencia personal. Nadie puede purificar a otra persona». DHAMMAPADA

97. Impermeable «Como la lluvia no entra en una casa bien techada, así no entra el ansia en una mente bien entrenada». DHAMMAPADA

98. Todo es mental «El descubrimiento del budismo, que sigue siendo revolucionario, es que la vida y la muerte sólo están en el pensamiento. El pensamiento aparece como la base universal de la experiencia». SOGYAL RIMPOCHE. TÍBET

viernes, 21 de diciembre de 2007

Las cuatro nobles verdades

VIDA Y ENSEÑANZAS DE BUDA Las cuatro nobles verdades

62. Una sola cosa «Yo enseño una sola cosa: el sufrimiento y el final del sufrimiento». BUDA (ANURUDDHA SUTTA)

63. La Primera Noble Verdad El sufrimiento existe, y todos los estados de los seres son esencialmente insatisfactorios.

64. Sufrimiento por doquier «Esta es la Noble Verdad del sufrimiento. Nacer es sufrimiento, envejecer es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, la unión con lo desagradable es sufrimiento, la separación de lo agradable es sufrimiento, no obtener lo que se quiere es sufrimiento». DHAMMACAKKAPPAVATTANA SUTTA

65. Al interior «Todo posee una naturaleza ilusoria y efímera. Los que tienen una percepción dualista ven el sufrimiento como felicidad. Son como los que lamen miel del filo de una navaja. ¡Qué lástima dan los que se aferran a la realidad concreta! Volcad vuestra atención al interior, amigos» NYOSHUH KHEN RIMPOCHE. TÍBET

66. La Segunda Noble Verdad Todo sufrimiento y renacimiento tienen como causa el anhelo de existencia, de no existencia o de placer.

67. Nunca libres «Aunque idealicemos la libertad, en lo que toca a nuestras costumbres estamos totalmente esclavizados». SOGYAL RIMPOCHE. TÍBET

68. Inútil «El que ha conseguido lo que quiere no suele ser feliz, ya que descubre, por lo general, que en esta tierra de deseos que nunca pueden colmarse del todo el camino no lleva muy lejos». JOSEPH CONRAD. POLONIA/INGLATERRA

69. El río del ansia «Como un río que cuando está crecido inunda pueblos, barrios, ciudades y países, el ansia fluye constantemente por la reexistencia y la reconversión. Como el combustible que mantiene el fuego, el combustible del ansia mantiene el fuego de la existencia. [...] Hace y rehace el mundo. El renacimiento depende de los deseos de la vida. Es la fuerza motivadora que hay detrás de la existencia presente, pero también de cualquier existencia pasada y futura». PIYADASSI THERA. SRI LANKA

70. La Tercera Noble Verdad La extinción del deseo pondrá fin al sufrimiento y al renacimiento.

71. Sin poder real «Enemigos como el ansia y el odio no tienen brazos, piernas ni demás. No son valientes ni sabios. ¿Cómo pueden haberme esclavizado?». SANTIDEVA. INDIA

72. La Cuarta Noble Verdad Existe una manera de renunciar a la constante agitación del deseo: el Noble Sendero Óctuple.

73. Enfermedad y cura «La verdad del sufrimiento es comparable a una enfermedad, la verdad del origen del sufrimiento a la causa de la enfermedad, la verdad de la extinción del sufrimiento a la cura de la enfermedad, y la verdad del Sendero a la medicina». VISUDDHIMAGGA

74. La ayuda del cirujano «Buda es el médico incomparable, el cirujano supremo. Es un sanador sin rival». PIYADASSI THERA. SRI LANKA

75. Causa y efecto «La felicidad que deseamos y el sufrimiento que rechazamos son el resultado de una serie de causas y condicionantes. Las Cuatro Nobles Verdades versan sobre la comprensión de este mecanismo causal del sufrimiento y la felicidad». SU SANTIDAD EL 14º DALAI LAMA. TÍBET

domingo, 16 de diciembre de 2007

La cadena de la causalidad

VIDA Y ENSEÑANZAS DE BUDA Cadena de causalidad

55. Impersonalidad «Existe el mero sufrimiento, y no se encuentra a quien sufre; los actos son, pero no hay quien actúe; el nirvana es, pero no el hombre que accede a él; el camino es, pero en él no se ven caminantes». BUDA

56. Causalidad «La cadena de doce eslabones de la causalidad representa los estados de la mente y del corazón provocados por los Tres Fuegos del deseo, la ira y el engaño. Estas pasiones, que en realidad son impersonales, pueden arrastrarnos a causa de nuestro apego y de la ilusión del "yo". En último término, este proceso desemboca en el sufrimiento y el renacimiento. Es lo que expresan los Tres Signos del Ser: el sufrimiento, la no permanencia y el no-yo. Sin embargo, no existe ningún estado permanente, ni siquiera el más doloroso o placentero. La práctica puede llevarnos a la auténtica liberación del sufrimiento en el nirvana, el estado no condicionado, donde ya no hay un "yo" que se apegue, sufra o se deje arrastrar». THE MIDDLE WAY (REVISTA DE LA BUDDHIST SOCIETY)

57. La cadena de doce eslabones La Rueda de la Vida ilustra los seis reinos de la existencia, el cautiverio de los seres sensibles en ciclos sin fin. Es una imagen que sintetiza todas las formas de vida posibles. Las seis partes representan los seis ámbitos de renacimiento que aparecen en el Libro Tibetano de los Muertos. El borde de la rueda contiene doce pequeñas imágenes que simbolizan la cadena de la causalidad, con sus doce eslabones. Yama, el Señor de la Muerte, aparece sujetando la rueda. El objetivo final es acabar con el ciclo del renacimiento. En tanto que transformador, Yama encarna lo transitorio del proceso.

58. Los tres fuegos El deseo, la ira y el engaño son fuerzas negativas, pero tambien representan la energía y majestad de la naturaleza-buda en su estado elemental. La práctica del budismo consiste en tomar conciencia de estas pasiones y calmarlas hasta que se transformen en alegría, calidez, generosidad, energía y sabiduría. Una vez que nos hayamos familiarizado con estas fuerzas, podremos encauzarlas y transformarlas.

59. Los tres signos del ser Buda dijo que todo lo que vive comparte tres características: el sufrimiento (dukka), la no permanencia (anicca) y el no-yo o ausencia de yo o de alma (anatta)

60. Estados y reinos Las seis divisiones de la Rueda de la Vida simbolizan los estados del ser en el samsara, el mundo del renacimiento. Son, desde arriba y en el sentido de las agujas del reloj, los Reinos Celestes, los Demonios Luchadores, los Fantasmas Hambrientos, los Infiernos, el Reino de los Animales y el Reino Humano. La liberación sólo es posible desde este último.

61. El centro de la rueda En el corazón dinámico de la rueda de la vida aparecen una serpiente, un gallo y un cerdo, que se comen o vomitan mutuamente. Estos animales simbolizan respectivamente el odio, la codicia y la ignorancia.

jueves, 13 de diciembre de 2007

El gran médico

VIDA Y ENSEÑANZAS DE BUDA El gran médico

45. La reticencia del maestro Al principio Buda era reacio a enseñar lo que había aprendido, creyendo que la gente no lo entendería, pero los dioses Brahma e Indra le pidieron que transmitiese sus descubrimientos, explicando que «aquellos cuyos ojos sólo cubren algo de polvo» sí lo entenderían. A pesar de sus dudas, Buda, recién iluminado, se dejó convencer.

46. El primer giro de la rueda Buda se reunió con sus cinco discípulos ascéticos en el parque de los ciervos de Sarnath, donde pronunció su primer sermón ante todos los seres vivos del universo. Los cinco discípulos se dieron cuenta enseguida de que estaban en presencia de un gran ser, de un Buda en toda su plenitud. El sermón de Buda versó sobre el Camino Medio, las Cuatro Nobles Verdades y el Noble Sendero Óctuple. A veces este sermón recibe el nombre de «primer giro de la rueda del Dharma» y se suele representar con ciervos y una rueda.

47. En cabeza Buda enseño durante cuarenta y nueve años. Adoptó el lenguaje de los que querían escucharle, sin distinciones de castas. Entre sus discípulos (muchos, llevados a la liberación) hubo hombres y mujeres, reyes, príncipes e incluso asesinos. Todos eran aceptados y ordenados en las órdenes monásticas.

48. La nube excelente «Cuando Buda les ayuda a cruzar sanos y salvos el mar del ser ficticio, es un piloto, un guía incomparable para los que han empezado su viaje. Es la nube excelente que vierte la lluvia fresca de la vida con sentido. Es el rey de los médicos, que cura la enfermedad de los tres venenos. Es la lámpara brillante que disipa la oscuridad de la pérdida de la conciencia pura. Es el árbol que cumple los deseos, fuente de la felicidad de todos los seres vivos. Es los rayos incontables del sol de la gran bondad. Es la luna, con su blanca luz de prosperidad y alegría que borra las penas». LONGCHENPA. TÍBET

49. El camino y el sendero «Por un lado, la entrega a los placeres sensuales, vil, común, vulgar, impura. Por el otro, el tormento infligido a sí mismo, doloroso, impuro, sin provecho. Ambos extremos los ha evitado el Perfecto. Él ha encontrado el Camino Medio, que permite ver y saber, y que lleva a la paz, el buen criterio, la iluminación y el nirvana. Es el Noble Sendero Óctuple, la vía que conduce a la extinción del sufrimiento, es decir: recta comprensión, recto pensamiento, rectas palabras, recta acción corporal, rectos medios de vida, recto esfuerzo, recta atención y recta concentración». DEL CANON PALI

50. El sermón del fuego Algunos meses después de su iluminación, cuando vivía en Gaya, Buda pronunció el famoso sermón del fuego: «Todo arde. ¿Y qué es el todo que arde? Los fenómenos anticipados por el pensamiento arden de carencia, ira y engaño. Viendo la causa, y detestando el sufrimiento, el discípulo noble queda en calma. Cuando ha pasado la tormenta, el discípulo sabe que ya no es necesario padecer el caos». ADITTAPARIYAYA SUTTA

51. Muerte de Buda El herrero Chunda regaló una fuente de comida a Buda, que a la sazón tenía ochenta años. Sospechando que era peligrosa, Buda pidió que sólo se la sirvieran a él y enterraran el resto. Poco después de comerla, enfermó. Consciente de que se aproximaba la hora de su muerte, se acostó del lado derecho con la cabeza hacia el norte.

52. Última enseñanza Las últimas palabras de Buda fueron: «Nada compuesto es permanente. Persistid con atención».

53. El último viaje Según el Digha Nikaya, a su muerte Buda alcanzó los cuatro niveles de la concentración meditativa e ingresó en la esfera del espacio infinito, seguida por las esferas de la conciencia infinita, la nada y lo que no es percepción ni no percepción. Por último llegó al final del sentir y el percibir, el Parinirvana (nirvana final).

54. Liberación «La moralidad, la concentración, la sabiduría y la liberación final. Todas estas cosas gloriosas llegó a conocerlas Gautama. A sus monjes les enseñó a conocer el Dharma que él penetraba. Aquél cuya visión puso fin a las tribulaciones se ha ido al nirvana final». THE MIDDLE WAY (REVISTA DE LA BUDDHIST SOCIETY)

miércoles, 12 de diciembre de 2007

La Iluminación

VIDA Y ENSEÑANZAS DE BUDA La Iluminación

27. La guardia del demonio de Mara Mucho antes de todo ello, Mara, el tentador sobrenatural del budismo, envió a un demonio llamado «Ojo Rojo» para que vigilase el árbol bodhi bajo el que, según la profecía, un bodhisattva aspiraría a la condición de Buda. Durante siglos Ojo Rojo vio pasar a mucha gente por el árbol bodhi sin advertir nada inquietante, pero un día acudió muy agitado a la presencia de Mara, que le preguntó: «¿Qué pasa?» El demonio Ojo Rojo contestó: «Señor, he visto pasar a miles de personas cerca del árbol bodhi sin ver nada de lo que informar, pero ahora hay un hombre que se acerca al árbol con una forma de caminar que me hace creer que cumplirá cuanto se proponga. Cuidado, Majestad, con lo que pueda suceder».

28. Hoy, hoy, hoy «Camina hacia tu cojín de meditación al igual que caminó el futuro Buda hacia el árbol bodhi, diciendo: "Hoy, hoy, hoy"». THE MIDDLE WAY (REVISTA DE LA BUDDHIST SOCIETY)

29. Tres tentaciones Mara envió tres tentaciones para frustrar la búsqueda de Siddhartha. La primera fue el deber. «Vuelve a tu reino -conminó a Siddhartha-, que ya has hecho bastante». La segunda fue el placer sensual, en la forma de las tres irresistibles hijas de Mara. Como tampoco funcionaba, Mara mandó a sus hijos, tres demonios que siembran el miedo dentro del corazón humano, y estos atacaron a Siddhartha con terremotos y lluvias de piedras. Las tentaciones de Mara representan los tres grados de emancipación por los que debe pasar el ser humano antes de la liberación: del deber, del deseo sensual y de la protección irracional de sí mismo y del miedo.

30. La derrota de Mara Al final Mara exclamó: «¡Levántate de este asiento que es mío!» Siddhartha, impertérrito, tendió la mano hasta tocar el suelo, invocándolo como testigo del mérito de sus vidas anteriores, y la tierra tronó: «¡Testifico por el futuro Buda!» Mara había sido derrotado.

31. La triple comprensión Durante la primera parte de la noche Siddhartha entendió que el sufrimiento tiene causa, y expresó esa comprensión. Durante la parte central de la noche entendió cómo destruir el sufrimiento y expresó esa comprensión. Por último, durante la tercera parte de la noche, describió cómo se alcanza la iluminación «en el mismo momento en que el sol iluminaba el cielo».

32. La iluminación Después de cuarenta y nueve días de meditación, durante la última parte de la noche Siddhartha despertó, como de un sueño, y estaba iluminado. Según la tradición del norte, al darse cuenta de su condición de Buda exclamó: «¡Qué maravilla! ¡Qué milagro! Todos los seres poseen plenamente la sabiduría y el poder del Tathagata (Buda). Por desgracia, los seres humanos no son conscientes de ello, a causa de la persistencia de sus apegos».

33. Clarividencia «Antes de la iluminación todas las cosas del mundo exterior son engañosas y nos confunden. Después de la iluminación lo vemos todo como sombras chinescas, y todas las cosas objetivas pasan a ser amigos útiles». MILAREPA. TÍBET

34. Inamovible «Como una roca de masa sólida, a la que no afecta el viento, ni las formas visibles, ni los sonidos, ni los olores, ni los sabores, ni las impresiones físicas, ni lo que se desea, ni lo que no se desea, pueden hacer caer a quien se le parezca. Su mente es firme, y la liberación está ganada». ANGUTTARA NIKAYA

35. Con el alba En ese momento de la cuarta parte de la noche, al romper el alba, todo lo que se mueve y lo que no se mueve quedó en silencio, y el gran vidente llegó al estadio que no conoce alteraciones... el estadio de la omnisciencia». ASVAGHOSA. INDIA

36. La alegría del mundo «Cuando él supo esta verdad como Buda, la tierra osciló cual si estuviera ebria de vino, los cuartos brillaron con la luz de muchos siddhas y en el cielo resonaron poderosos tambores. Soplaron dulcemente suaves brisas, llovió humedad de un cielo despejado y de los árboles cayeron flores y frutas, como si todo fuera en su honor». ASVAGHOSA. INDIA

37. En todas partes «En ese momento nadie sucumbió a la ira, ni enfermó, ni experimentó molestia alguna; nadie recurrió al pecado en sus acciones, ni pensó con intemperancia; el mundo se volvió plácido como si hubiera llegado a la perfección». ASVAGHOSA.INDIA

38. Libertad «Erré a través de la existencia por muchos nacimientos, buscando en vano al constructor de esta casa. El nacimiento repetido es triste. ¡Oh, constructor! Ya se te ve. No erigirás más casas. Se han roto todas tus vigas. Tu parhilera está hecha pedazos. La mente alcanza lo no condicionado. Se ha llegado al final de los anhelos». DHAMMAPADA

39. Gratitud Buda pasó siete días contemplando agradecido el árbol bodhi. Después pasó una semana debajo de la higuera de Bengala ajapana, otra bajo el árbol mucalinda y otra bajo el árbol rajayatana. Toda la naturaleza se regocijó y particípó en el esfuerzo de Buda, y en el futuro de su iluminación.

40. Victoria eterna «Ningún dios o demonio puede convertir esta victoria en derrota». DHAMMAPADA

41. En paz «Mi mente enmudece en una vasta luz sin fin, soledad de gozo y paz mi corazón». SRI AUROBINDO. INDIA

42. El mayor guerrero «Aunque un hombre venza mil veces en batalla a otros mil hombres, quien se vence a sí mismo es el mayor guerrero». DHAMMAPADA

43. Diálogo con un brahmán
Preguntó a Buda un brahmán:
-¿Eres un dios?
-No, brahmán-dijo Buda.
-¿Eres un mago?
-No, brahmán-dijo Buda.
-Entonces ¿qué eres?
-Alguien despierto.

44. Conocer la realidad «El mayor de los hombres es quien conoce la realidad del nirvana, ha destruido las causas del renacimiento y ha roto todas las ataduras». DHAMMAPADA

El viaje de Siddhartha

VIDA Y ENSEÑANZAS DE BUDA El viaje de Siddhartha

18. Los cuatro mensajeros Después del nacimiento de su hijo, Siddhartha estuvo trece años a disposición de su padre, pero por su carácter serio e inquisitivo se cansó de los placeres fugaces de la vida principesca, provocando el anhelo de algo más. Aunque su padre le hubiera protegido de las realidades de la vida, los viajes del príncipe fuera del recinto palaciego le permitieron ver a un viejo, un enfermo, un cadáver y un hombre santo. Profundamente conmovido por estas experiencias, Siddhartha decidió seguir el camino del hombre santo y hallar una solución al sufrimiento de la vida.

19. La gran renuncia El día en que cumplía 29 años, Siddhartha emprendió una vida de asceta errante. Para no poner sobre aviso a su padre, ni alborotar a la corte, envolvió con tela las patas de su caballo y se marchó con su fiel criado Channa, abandonando a su mujer e hijo y su antigua vida de lujos. Siddhartha y Channa cruzaron el gran río Anoma. En la otra orilla, Siddhartha se cortó el pelo y la barba y se despidió de Channa, dándole su ropa de príncipe y su amado caballo.

20. Vagabundeo Siddhartha había adoptado una vida de pordiosero, sin lugar fijo donde resguardarse. Dormía al aire libre, o a la sombra de un árbol. Vestido únicamente con harapos, descalzo y con la cabeza rapada, viajaba a pie con cualquier clima. Había renunciado a todas sus posesiones. Sólo tenía un cuenco para pedir limosna.

21. Dos maestros Siddhartha se sometió sucesivamente a las enseñanzas de dos maestros de meditación. Progresaba tan deprisa, y se entregaba tanto, que ambos le designaron como su sucesor. Pese a haber aprendido todo lo que podían enseñarle, incluida mucha disciplina y las bases de la práctica, Siddhartha, insatisfecho, se lanzó a buscar la liberación por sus propios medios.

22. Tenacidad irreductible «Sigue adelante, controlando el pensamiento, sin volver ni una vez la vista hacia su casa, como el cisne que ha salido de su estanque». DHAMMAPADA

23. Autenticidad Tras separarse de sus maestros, Siddhartha buscó la liberación del dolor durante seis años de rigurosa austeridad en compañía de cinco discípulos. Meditar hasta altas horas de la noche casi no le dejaba tiempo para comer, lavarse o dormir. Hubo veces en que Siddhartha sólo comió un grano de arroz al día. A la larga, su cuerpo se demacró y se puso negro.
24. No es el camino Físicamente deteriorado, y casi muerto de hambre, Siddhartha comprendió que sin comida no tendría fuerzas para alcanzar la iluminación, así que aceptó el cuenco de gachas de arroz que le ofrecía la hija de un pastor, Sujata, y se lavó el cuerpo, el pelo y la ropa.

25. Un hombre solo Siddhartha fue abandonado por sus discípulos, que le acusaban de haber adoptado una vida de comodidad y lujo. Sin amigos, maestros ni discípulos, Siddhartha estaba totalmente solo, sin status social. Decidido a resolver de una vez por todas sus problemas, se puso a meditar debajo de un árbol bodhi.

26. Silenciosa espera «Así debería sentarse, en meditación tenaz y solitaria, controlando sus pensamientos, apartando sus pasiones y prescindiendo de sus pertenencias, teniendo por morada permanente un lugar bello y tranquilo». BHAGAVAD GITA

martes, 11 de diciembre de 2007

Hombre, mito y leyenda

VIDA Y ENSEÑANZAS DE BUDA Hombre, mito y leyenda

1. Dentro de todos «En este cuerpo de una braza de largo, con sus pensamientos, sus sentimientos y sus percepciones, está el mundo, el origen del mundo, la cesación del mundo y el camino que lleva al fin del mundo» SUTTA DEL SANYUTTA NIKAYA

2. ¿Mito o historia? ¿Existió realmente el Buda? Contrariamente a muchas otras religiones, es una pregunta irrelevante. La leyenda, los hechos históricos y la tradición se funden en una historia muy real que elude el pensamiento crítico para llegar al corazón, donde moran las semillas de la liberación y la iluminación y las ayuda a germinar.

3. Energía cósmica «El mito es la brecha secreta por donde las energías inagotables del cosmos se vierten en las manifestaciones culturales del hombre». JOHN CAMPBELL, ESTADOS UNIDOS

4. La verdadera historia «Teniendo en cuenta que el mito es la historia real, la verdadera peripecia del espíritu, me parece tan trágico e irónico que nuestra época considere sinónimos los términos "mito" e "ilusión"... El mito es una formidable actividad que ocurre sin pausa dentro de la humanidad, y en cuya ausencia las sociedades carecen de esperanza y orientación, y la vida personal, de sentido. Todos vivimos un mito, lo sepamos o no». LAURENS VAN DER POST, SUDÁFRICA

5. Mitos vivos «La historia y la antropología nos enseñan que ninguna sociedad humana puede sobrevivir durante mucho tiempo sin un mito central, vivo, que circunscriba psicológicamente a sus miembros. Este mito da una razón de ser al individuo. EDWARD EDINGER, ESTADOS UNIDOS

6. Sueño de madre Según la leyenda, la concepción de Buda fue milagrosa. Su madre, la reina Maya, soñó que era llevada a una meseta, bajo un árbol, y que un bodhisattva en forma de elefante real inmaculadamente blanco daba tres vueltas a su alrededor antes de penetrarla por su costado derecho.

7. La familida de Siddhartha Buda nació hacia 563 a. C. en Kapilavastu, un pequeño reino de las estribaciones del Himalaya, actualmente en Nepal. Pertenecía a una familia real del clan de los Sakyas. Su padre era el rey Suddhodana, y su madre la reina Maya Devi.

8. Nacido en un jardín Cuando le faltaba poco para dar a luz, la reina Maya fue a visitar a sus padres con su hermana. Al llegar al jardín de Lumbini hicieron un alto en el camino y la reina, cogida a la rama de un árbol, alumbró al futuro Buda sin dolor por su flanco derecho. El jardín de Lumbini ha quedado como uno de los lugares sagrados del budismo, junto con los que presenciaron la iluminación de Buda, su primer sermón y su muerte.

9. Siete escalones El príncipe recién nacido dio siete pasos hacia el norte, el sur, el este y el oeste, y señalando el cielo con una mano y el suelo con la otra, proclamó: «En el cielo y la tierra soy el único honrado por el mundo». Este nacimiento fue el último de una larga serie de vidas.

10. Muchos nombres Al nacer, Buda recibió el nombre de Siddhartha Gautama, «el que alcanza el éxito y la prosperidad». Después de su iluminación fue llamado Gautama el Buda o Shakyamuni Buda (que significa «el Despierto, Sabio de los Sakyas»). Buda también fue conocido como el Tathagata («el que vino y se fue»). En los textos sagrados budistas aparece asimismo como «el Honrado por el Mundo», «el Bendito» y «el Gran Médico».

11. Un hombre especial Siddhartha Gautama, que no era un dios, un profeta ni un ser sobrenatural, nació, vivió, impartió sus enseñanzas y murió como un hombre mortal. Fue una persona excepcional que reveló un modo de alcanzar la auténtica sabiduría, compasión y liberación del dolor. Según la tradición budista no era el único, sino que hubo otros budas antes, y los habrá en el futuro; sin embargo, fue él quien descubrió el camino de la iluminación.

12. Visiones del futuro de Siddhartha La reina Maya murió a los siete días de nacer su hijo. Los videntes de la corte predijeron que Siddhartha sería un gran gobernante o un Buda («despierto»). El mayor de todos los videntes, Asita, profetizó que el príncipe bebé se convertiría en un gran sabio. Alarmado por lo que entrañaba la noticia para el futuro de su reino, el rey apartó a Siddhartha de la senda espiritual.

13. En beneficio de muchos «Un hombre extraordinario surge en este mundo en beneficio de muchos, por compasión hacia el mundo y por el bien, el beneficio y la felicidad de los dioses y los hombres. ¿Quién es este ser? El Tathagata, el Exaltado, el Plenamente Iluminado». ANGUTTARA NIKAYA

14. A la sombra de un árbol Un día el rey Suddhodana fue a la fiesta del arado, una celebración tradicional de primavera, y mientras él y sus súbditos participaban en la festividad dejaron al pequeño Siddhartha en un lugar fresco y tranquilo, a la sombra de un yambo. Una vez solo, Siddhartha entró en el primer nivel de la concentración meditativa (hana). Muchos años después, cuando emprendió su viaje a la iluminación, se acordó de este acontecimiento espiritual espontáneo.

15. Habilidades mundanas Siguiendo los deseos de su padre, Sidhhartha fue educado en la tradición de la corte. Aprendió las artes del buen gobierno, la astronomía, la oratoria y la matemática, así como las artes marciales de la equitación, el combate y el tiro al arco.

16. Mujer e hijo A los 16 años Siddhartha se casó con la bella princesa Yassodhara, que poco después alumbró a un hijo, Rahula. Siddhartha siguió con su vida cómoda y sensual.

17. Lujos «Yo era delicado, muy delicado. En la morada de mi padre se hicieron expresamente tres estanques de lotos para mí. En uno florecían lotos azules, en otro rojos y en el otro blancos. Mi turbante, mi túnica y mi capa eran de tela fina. Se me cubría día y noche con una sombrilla blanca, para que no pudieran molestarme el calor, el polvo, la arena o el rocío». BUDA (ANGUTTARA NIKAYA)

lunes, 10 de diciembre de 2007

Introducción

Creer en algo que está por encima de nosotros es una necesidad inherente al ser humano. Cuando dejamos de alzar la vista con asombro y admiración y empezamos a buscar otras cosas, surgen los problemas. Todos tenemos en nuestro interior un hueco especial reservado al espíritu. Cuando se subestima, descuida y olvida el espíritu, otras cosas ocupan su lugar y se empieza a vagar por el samsara en una búsqueda constante de placer y de seguridad, en una huída contínua de las incomodidades y del miedo que nunca nos hace sentirnos en casa ni en paz.
El Buda histórico dijo haber «redescubierto un antiguo camino a una antigua ciudad», en otras palabras, encontró el camino de regreso a la unidad, a la seguridad y a la plenitud reales. Ese camino lo han mantenido transitable quienes han seguido a Buda. Buda fue un ser humano normal, pero de condiciones excepcionales, cuyo viaje, tal como se desprende de la historia de su vida, resulta extrañamente familiar porque resalta las cosas verdaderas y solemnes de la condición humana. Por otro lado, el dilema en que se vio es también nuestro dilema.
¿Existió de verdad el Buda histórico? No podemos afirmarlo, pero sí podemos afirmar que el seguimiento del camino (cuya existencia es innegable) nos sacará del sufrimiento para llevarnos a la felicidad y a nuestro deseo más profundo: la plenitud de lo humano. La palabra Buda viene de la raiz sánscrita budh, cuyo significado es «despertarse»; significa, por lo tanto, «el Despierto». Un buda es alguien que se ha despertado del todo, como si saliera del más profundo sueño, y ha descubierto que ya no sufre, que el propio sufrimiento era como un sueño. Todos podemos despertar de la pesadilla del samsara y ser libres. Lejos de reducirse a un antiguo método de transformación, el budismo es una religión que, sin embargo, se diferencia de las otras religiones en que no incorpora la fe en un dios creador como entidad permanente. Lo que sí creen los budistas es que la sabiduría, la inteligencia y la compasión son inherentes a todo, como «la sal en el agua». También cultivan la fe, la devoción y todas las demás virtudes. Como se lee en el Dhammapada, «no hacer otra cosa que el bien, eludir cualquier daño a los demás y purificar el corazón es la vía de los budas».
El hecho de que la palabra «religión» proceda del latín religio, «religar», evoca un camino que nos conduce de nuevo a reunirnos con aquella sabiduría y compasión de la que no deberíamos habernos separado jamás, pero que en algún momento dejamos a nuestras espaldas, olvidándola. La senda que lleva «de vuelta a casa», claramente dibujada en las enseñanzas, consiste en tres etapas: escuchar o leer, reflexionar sobre lo leído y traducirlo en actos o en práctica. De ello se deduce que el budismo es algo práctico. Si no funciona, lo lógico sería abandonarlo. En cambio, si resulta beneficioso merece cultivarse.
Al principio de la práctica nos vemos como seres racionales y sensatos, pero basta un poco de reflexión para hacerse la siguiente pregunta: ¿qué pasa si nos llevan la contraria, si no conseguimos lo que queremos? ¿No es verdad que nos acaloramos un poco? El budismo ve estas reacciones impulsivas, a las que denomina «los Tres Fuegos» (del deseo, la ira y el engaño), como una energía muy valiosa que no hay que desaprovechar, sino transformar, empezando por familiarizarnos gradualmente con estas reacciones de nuestro cuerpo. Para ello debemos extremar la atención. Por eso el cultivo de la atención es tan importante para el budismo.
Este cultivo suele inscribirse en la imprecisa categoría de la meditación, pero lo cierto es que empieza por cultivar la «buena forma», que tiene dos aspectos: la primera es nuestro comportamiento, que es donde intervienen las paramitas, pautas para vivir debidamente. El capítulo segundo, titulado «Para vivir mejor», lo trata por extenso. Con la ayuda de estas referencias podemos dejar de movernos por impulsos y practicar la contención, que permitirá encauzar nuestra energía transformadora.
El segundo aspecto tiene que ver con el lado físico de «la buena forma»: la conciencia del cuerpo, y estar a gusto en él. En India esta faceta del budismo tiene una historia venerable que va desde las danzas sagradas al yoga, o las prácticas formales de meditación. De hecho, la atención, la gracia y la dignidad se cultivan en todas las culturas, pero vivimos en una época de tantas prisas que se nos olvida y se lo dejamos a los profesionales (bailarines, gimnastas y soldados).
El capítulo tercero, «La mente y el corazón», trata en profundidad el tema de la atención y la conciencia. «No hay mente sin cuerpo, ni cuerpo sin mente». Poner remedio a esta escisión (más aparente que real) es de una importancia capital.
La palabra karma significa acción. Los actos desencadenados por las emociones tienen consecuencias buenas y malas, y tarde o temprano dan algún tipo de fruto. El karma es absolutamente impersonal. Se trata de una de las claves de la doctrina budista, aunque no sea de fácil comprensión. De esta ley, y de otros aspectos importantes del camino de Buda, se habla en el cuarto capítulo, titulado «Buscando el camino», donde también se abordan algunas de las primeras enseñanzas y se introduce el concepto de bodhicitta, la aspiración a la plenitud, así como a la gratitud, en cuya ausencia el camino no tendría valor. Otros conceptos que se tratan son la budeidad y el nirvana.
El capítulo quinto, «El planeta y el cosmos», analiza posibles maneras de ver el tiempo y el universo físico. El sexto y último capítulo del libro, «La familia global», incorpora una parte de los edictos del gran rey budista Asoka, que gobernó un vasto imperio con gran diversidad de naciones, razas, religiones y lenguas bajo la influencia armonizadora del Dharma, permitiéndonos imaginar lo que sería posible en nuestros días.
Estos capítulos cubren un amplio abanico de temas tan relacionados con la práctica budista como con la vida misma. La selección de citas budistas ha tenido en cuenta las principales escuelas, desde la Antigüedad hasta el presente más inmediato, con muestras representativas de los nikayas en pali, del primer budismo hindú, del budismo tibetano, de los primeros maestros chinos y de las escuelas zen japonesas. A pesar de las diferencias de lenguaje, debería apreciarse algo en común entre todas las citas: el carácter único de la budeidad. Esperemos que algunas de ellas lleven al lector a interesarse más a fondo por la vía budista y a practicarla.
Si en un futuro lejano se descubriera este librito como único testimonio de nuestra época, permitirá conocer las enseñanzas básicas del Dharma, junto a citas de muchos sabios, poetas, filósofos, científicos, etc., desde la invención de la escritura. El simple examen de lo que dijeron no permite deducir que fueran seguidores de Buda. Es posible que algunos plasmaran en palabras memorables un profundo saber sin llevar una vida ejemplar. Quizá también otros fueran fieles a los más nobles ideales de ayuda y compasión. Muchos autores citados, como Sócrates, Montaigne, Schopenhauer, Einstein y Yeats, vivieron en circunstancias intelectuales y sociales muy distintas entre sí. Sin embargo, cuando alguien decide internarse por un camino espiritual, o meditar sobre el misterio y el milagro del universo, no suele disentir demasiado de sus compañeros de viaje. Como dijo el gran estudioso de la mitología Joseph Campbell, «cuando se juntan los teóricos hay mucho debate, y cuando se juntan los prácticos, muchas cabezas que dicen sí».